
Observemos en esta presentación el formato de las piedras del borde de la piscina.
Inmediatamente notaremos la curvatura que poseen, la cual se eleva hacia el borde del espejo de agua, evitando de esa forma el ingreso de suciedad por escurrimiento. A la hora de lavar o simplemente debido al agua que los bañistas acarrean hacia la misma, o en
días de intensa
lluvia, el llamado borde de coronación evita el ingreso de materiales indeseables a nuestra piscina, los cuales se transforman en
turbidéz y una
múltiple variedad de
suciedades. Estas suciedades alteran el estado del agua
dificultando la limpieza, y aumentando la necesidad de productos a la hora del posterior tratamiento químico.
Lamentablemente en nuestro
país se insiste en dar terminación a nuestras piscinas con baldosas planas las cuales no cumplen con esta función, tornando el mantenimiento mucho mas dificultoso y aumentando de forma
sensible el uso de productos químicos y las horas de filtración. A la hora de aceptar un proyecto de piscina, es de suma importancia exigir a quienes lo realizan las
terminaciones y el uso de los elementos correctos, los cuales cuentan con reconocimiento en los foros internacionales con respecto a técnicas que mejoran la desinfección y el correcto manejo del agua de nuestra piscina. Algo tan simple y elemental
como un vereda de coronación redunda en un sensible mejoramiento en la calidad del agua, en ahorro de
energía y químicos,
dándonos la posibilidad de un agua menos saturada y mas sana en una amplia variedad de aspectos.